Foto: Kilombo
Reflexiones entorno al uso cultural del espacio público a partir de la presentación de resultados de la Cartografía Cultural de Lima

En la Cartografía Cultural de Lima 2025, los espacios públicos aparecen como uno de los principales territorios para la vida cultural. En barrios de Lima Norte, Este y Sur, donde predominan las danzas tradicionales, los parques, plazas y losas deportivas se han convertido en escenarios abiertos para el ensayo, la presentación y la convivencia.

Sin embargo, esta apropiación ciudadana no puede leerse únicamente como una expresión de creatividad o resistencia cultural. También revela una desigualdad urbana profunda: la falta de condiciones adecuadas para la práctica artística y la fragilidad de los espacios comunes.


De la conquista simbólica a la desigualdad material

“No hay que perder de vista la calidad de estos espacios públicos. No podemos romantizar su estado”, señaló Natalia Elías durante la presentación de la cartografía. “Sabemos que como artistas y gestores culturales nos adaptamos, pero ya existe una desigualdad de base entre hacer teatro en un auditorio acondicionado y hacerlo en una losa deportiva que sin iluminación o en un descampado.”

El discurso sobre la “conquista del espacio público” ha ganado fuerza en los últimos años, asociado al derecho ciudadano a usar la ciudad. Pero es necesario ampliar la conversación hacia la calidad de esos espacios. No basta con ocuparlos: se requiere que su diseño, mantenimiento y gestión urbana permitan su uso cultural sostenido.

Los datos del mapeo muestran que gran parte de los espacios utilizados para actividades culturales carecen de infraestructura básica —iluminación, sombra, seguridad o acceso—, lo que limita tanto la continuidad de las actividades como su accesibilidad para públicos diversos.

“Esto es un llamado de atención a las autoridades y a las políticas públicas urbanas”, añadió Elías. “Muchos espacios públicos están descuidados y poco atendidos. La planificación urbana también es política cultural.”


El espacio público como vínculo comunitario

“Las manifestaciones culturales que predominan en Lima Norte, Este y Sur son principalmente danzas, muchas de ellas tradicionales, que necesitan espacios amplios”, explicó Piero Fioralisso, investigador de Nodos Culturales. “Pero en estas zonas también hay una fuerte cultura comunitaria. No se trata de construir un gran teatro, sino de reconocer que el espacio público permite un vínculo entre los artistas y sus comunidades.”

La cartografía confirma que, incluso en contextos precarios, las comunidades limeñas han generado enfoques culturales basados en la colectividad y la convivencia. En los territorios donde las infraestructuras culturales formales son escasas, el espacio público se convierte en un recurso compartido, donde la práctica artística se entrelaza con la vida cotidiana.

Sin embargo, es importante no romantizar la precariedad ni mirarla con prejuicio. Evaluar la calidad del espacio público requiere criterios objetivos: accesibilidad, seguridad, limpieza, gestión comunitaria y mantenimiento. No todos los parques o plazas ofrecen las mismas posibilidades, y esa desigualdad condiciona el acceso a la cultura y al ocio.


Ocio, consumo y desigualdad urbana

“La calidad del espacio público también tiene que ver con el tipo de uso que se le da, si es cultural o no”, mencionó Elías. “No es casualidad que el espacio predominante para nuestro ocio sean los centros comerciales.”

Según la última encuesta de Lima Cómo Vamos, la principal actividad de ocio en Lima es visitar centros comerciales, seguida por ir al parque y, recién después, asistir a actividades culturales. Este orden no es anecdótico: refleja cómo la ciudad ofrece más condiciones para el consumo que para el encuentro.

El déficit de espacios públicos de calidad empuja a los ciudadanos hacia entornos privados donde la experiencia cultural se subordina al mercado. En ese sentido, la planificación urbana es también una política cultural: define qué tipo de vínculos, experiencias y prácticas son posibles en la vida cotidiana.


Hacia una ciudad culturalmente habitable

Así es la ciudad: diversa, desigual, pero llena de iniciativas ciudadanas que expanden sus fronteras culturales. Los mapas y fotografías de la cartografía no muestran solo ubicaciones; muestran realidades urbanas. Son evidencia de que el espacio público puede ser escenario, aula y punto de encuentro, pero también espejo de las brechas urbanas.

Reconocer esa dualidad es fundamental para repensar las políticas de infraestructura cultural y gestión del territorio. La cultura no solo ocurre en la ciudad: ayuda a imaginar otra ciudad posible.

Presentación pública de resultados

El 26 de marzo de 2025, Nodos Culturales presentó la Cartografía Cultural de Lima 2025 en un conversatorio organizado el Diplomado de Gestión Cultural de la Universidad Ruiz de Montoya, destacando los principales hallazgos de este mapeo colaborativo.

🎥 Mira la presentación completa aquí (Sobre espacios públicos: min 45)

Published On: 4 de marzo de 2025 / Categories: Columnas /